miércoles, 4 de mayo de 2011

LA ENFERMEDAD RENAL Y TRASPLANTE

La médica nefróloga Gabriela Sturla indicó que “este año se conmemora por sexta vez el Día Mundial del Riñón que es el 12 de mayo y por ese motivo estamos haciendo en Saladillo una campaña de salud renal, con el objetivo de difundir de qué se tratan las enfermedades renales y que son enfermedades fáciles de detectar y que, diagnosticadas a tiempo, tienen control. Los factores de riesgo más frecuentes en la enfermedad renal crónica son la diabetes y la hipertensión, hay enfermedades en niños pero la gran masa de enfermedades renales es en pacientes adultos. | DIÁLISIS: “la enfermedad renal crónica está sufriendo un incremento y eso es debido a que los principales factores de riesgo, diabetes y la hipertensión, también están sufriendo un incremento potencial. Actualmente en la Argentina hay 26 mil pacientes crónicos.” | ¿SE TOMA CONCIENCIA?: “Por ahí no se toma conciencia porque se desconoce, son enfermedades silenciosas, el paciente no sabe que tiene la enfermedad renal, es una enfermedad crónica que va progresando y si no se detiene llega a la diálisis o trasplante.” | LUIS SINTADO (jefe del Servicio de Nefrología del Hospital Durán): “los cálculos no formarían parte de esta campaña porque eso no está creciendo, forma parte de una enfermedad que tiene que ver con el manejo del calcio urinario o ácido úrico que, en general, obstruye la vía urinaria. En esta oportunidad queremos dar énfasis es que cuando hay un día mundial, el problema es mundial, esto es internacional y hay una institución que está haciendo eso hoy o en otra fecha del año. Esta vez se hace hincapié en la parte cardiovascular y si uno dice que afecta la parte cardiovascular a la gente le daría un poco más de miedo, lo que nosotros vamos a hacer el jueves 12 en Saladillo es una campaña de difusión y concientización. Que los problemas renales existen, que están en aumento, que hay cada vez más pacientes expuestos a diálisis, que hay alta mortalidad cardiovascular, incluso antes de llegar a diálisis. pero todo tiene tratamiento.” | TRANSPLANTE: “cada vez se está trasplantando más pero cada vez hay más gente anotada para esperar, no hay tantos riñones para dar tantas satisfacciones a todos con una demanda que cada vez es más creciente.” | RECOMENDACIÓN: “hay tres etapas, una ir a la pesquisa de los factores de riesgo en alguien que todavía no tiene nada, eso sería búsqueda de ver si tiene algo, o porque tiene antecedentes de diabetes y su riñón no fue estudiado o una hipertensión que todavía no se detectó. Si hay un familiar con algún problema renal, hay más tendencia de que la persona tenga problemas. Hay estadísticas que han comprobado que si hay un familiar que pueda tener y que esa persona lo puede tener. Lo tiene que ver el cardiólogo cuando es hipertenso. El médico clínico, con enfermedades tomadas lo antes posible, puede hacer que se alargue todo lo que sea complicaciones con respecto a diálisis, etc.” | STURLA: “hoy tenemos una reunión en el Círculo Médico para charlar de lo que se trata la enfermedad y actualizar algunas pautas de diagnóstico y métodos de diagnóstico que facilitan los estudios crónicos. Con una muestra de orina y de sangre o una ecografía, uno puede diagnosticar o descartar la enfermedad renal.”




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ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA

Enfermedad renal crónica

Es la pérdida lenta de la función de los riñones con el tiempo. La principal función de estos órganos es eliminar los desechos y el exceso de agua del cuerpo.

Causas

La enfermedad renal crónica (ERC) empeora lentamente con el tiempo. En las etapas iniciales, puede que no haya ningún síntoma. La pérdida de la función por lo regular tarda meses o años en suceder y puede ser tan lenta que los síntomas no ocurren hasta que el funcionamiento del riñón es menor a una décima parte de lo normal.
La etapa final de la enfermedad renal crónica se denomina enfermedad renal terminal (ERT). Los riñones ya no funcionan y el paciente necesita diálisis o un trasplante de riñón.
La enfermedad renal crónica y la enfermedad renal terminal afectan a más de 2 de cada 1,000 personas en los Estados Unidos.
La diabetes y la hipertensión arterial son las dos causas más comunes y son responsables de la mayoría de los casos.
Muchas otras enfermedades y afecciones pueden dañar los riñones, incluyendo:
La enfermedad renal crónica lleva a una acumulación de líquido y productos de desecho en el cuerpo. Esta enfermedad afecta a la mayoría de funciones y sistemas corporales, incluyendo la producción de glóbulos rojos, el control de la presión arterial, la vitamina D y la salud de los huesos.

Síntomas

Los síntomas pueden abarcar:
Se pueden presentar otros síntomas, como:

Pruebas y exámenes

La hipertensión arterial casi siempre está presente durante todas las etapas de la enfermedad renal crónica. Una evaluación neurológica puede mostrar signos de daño a nervios. El médico puede oír ruidos cardíacos o pulmonares anormales con un estetoscopio.
Un análisis de orina puede revelar proteína u otros cambios. Estos cambios pueden surgir desde 6 meses hasta 10 años o más antes de que aparezcan los síntomas.
Los exámenes para verificar qué tan bien están funcionando los riñones comprenden:
La enfermedad renal crónica cambia los resultados de algunos otros exámenes. Cada pacientes necesita hacerse revisar lo siguiente de manera regular, con una frecuencia de cada 2 a 3 meses cuando la enfermedad renal empeore:
Las causas de la enfermedad renal crónica se pueden observar en:
Esta enfermedad también puede cambiar los resultados de los siguientes exámenes:

Tratamiento

Controlar la presión arterial es la clave para retrasar el daño mayor al riñón.
  • Los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) y los bloqueadores de los receptores de angiotensina (BRA) se emplean con mayor frecuencia.
  • El objetivo es mantener la presión arterial en o por debajo de 130/80 mmHg.
Otros consejos para proteger los riñones y prevenir cardiopatía y accidente cerebrovascular:
  • No fumar
  • Consumir comidas bajas en grasa y colesterol
  • Hacer ejercicio regular (hable con el médico o enfermera antes de empezar)
  • Tomar fármacos para bajar el colesterol, si es necesario
  • Mantener el azúcar en la sangre bajo control
Siempre hable con el nefrólogo antes de tomar cualquier medicamento de venta libre, vitamina o suplemento herbario. Cerciórese de que todos los médicos que usted visita sepan que usted padece enfermedad renal crónica.
Otros tratamientos pueden abarcar:
  • Medicamentos especiales llamados enlaces de fosfato, para ayudar a evitar que los niveles de fósforo se vuelvan demasiado altos.
  • Tratamiento para la anemia, como hierro extra en la alimentación, comprimidos de hierro, inyecciones especiales de un medicamento llamado eritropoyetina y transfusiones de sangre.
  • Calcio y vitamina D extra (siempre hable con el médico antes de tomarlos)
Tal vez necesite hacer algunos cambios en su dieta. Ver: dieta para la enfermedad renal crónica para mayores detalles.
  • Puede ser necesario limitar la ingesta de líquidos
  • El médico le puede recomendar una dieta baja en proteínas
  • Es posible que tenga que restringir la sal, el potasio, el fósforo y otros electrolitos
  • Es importante obtener suficientes calorías si está bajando de peso
Hay diferentes tratamientos disponibles para los problemas con el sueño o el síndrome de la pierna inquieta.
Los pacientes con enfermedad renal crónica deben mantener al día las vacunas importantes, como:
Cuando la pérdida de la función renal se vuelva más severa, usted necesitará prepararse para diálisis o un trasplante de riñón.
  • El momento para comenzar la diálisis depende de factores diferentes, incluyendo resultados de exámenes de laboratorio, gravedad de los síntomas y estado de preparación.
  • Usted debe empezar a prepararse para la diálisis antes de que sea absolutamente necesario. La preparación incluye aprender acerca de la diálisis y los tipos de terapias con ésta, al igual que la colocación de un acceso para dicha diálisis.
  • Incluso aquéllos que sean candidatos para un trasplante de riñón necesitarán diálisis mientras esperan que haya disponibilidad de un riñón.

Grupos de apoyo

Ver: grupos de apoyo para la enfermedad renal

Pronóstico

A muchas personas no se les diagnostica la enfermedad renal crónica hasta que han perdido gran parte de su función renal.
No hay una cura para la enfermedad renal crónica. Sin tratamiento, generalmente progresa a una enfermedad renal terminal. El tratamiento de por vida puede controlar los síntomas de esta enfermedad.

Posibles complicaciones

Prevención

El tratamiento de la afección que está causando el problema puede ayudar a prevenir o retardar la enfermedad renal crónica. Los diabéticos deben controlar sus niveles de azúcar en la sangre y presión arterial, al igual que abstenerse de fumar.
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FISTULA ARTERIOVENOSA


La fístula arterio-venosa o FAV es el acceso vascular de elección a la hora de abordar el tratamiento de hemodiálisis: Permite flujos sanguíneos elevados, es relativamente cómodo para el paciente y facilita las punciones

La operación

Consiste en unir una arteria con una vena. Con esto conseguimos disponer de una vena con condiciones adecuadas para la punción y obtener un buen acceso para la hemodiálisis. La operación la efectúa el cirujano vascular, normalmente bajo anestesia local. Se suele efectuar en la muñeca o en la flexura del codo. El efecto que usted notará es, aparte de la dilatación de la vena, un murmullo o ruido en la zona de la intervención. Esta es la señal de que la fístula funciona.

Cuidados

Los cuidados van dirigidos a mantener la fístula en las mejores condiciones para su uso, es por ello que hay que insistir en su mantenimiento, evitando especialmente aquellas anomalías que lo puedan comprometer, como las infecciones y la trombosis.
  • Después de la operación, colocar el brazo en posición elevada (por ejemplo, sobre una almohada). Esto evita que se hinche. Observe también si sangra el apósito. Si tiene dolor, consulte antes de tomar algún analgésico (calmante del dolor).
  • Compruebe diariamente el funcionamiento de la fístula.
  • No permita que le tomen la tensión arterial o le pinchen, en el brazo que tiene la fístula.
  • Mantenga una buena higiene del brazo lavándolo diariamente con jabón verde y agua.
  • Evite ropa que pueda oprimir el brazo.
  • No realice movimientos bruscos ni ejercicios pesados.
  • En algunas ocasiones, si no hay desarrollo suficiente de los vasos, hay que hacer ejercicios apretando una pelota de goma dura del tamaño de una pelota de ping pong. También hay que aplicar calor húmedo 3 o 4 veces al día

Problemas

Los principales problemas que puede presentar la fístula son:
  • Hematomas: Pueden ocurrir por alguna punción defectuosa. Aplicar inmediatamente frío sobre la zona. Después se puede utilizar alguna pomada específica.
  • Coágulos: Pueden dificultar la punción ya que taponan la aguja. En este caso aplíquese árnica, bien en pomada o en infusión (con compresas). 
  • Infección: Hay que evitar que se pinche una fístula infectada
  • Síndrome de robo: Al disminuir el riego sanguíneo en la mano, por causa de la fístula, puede aparecer dolor y frío.
  • En caso de que la fístula deje de funcionar (es decir cuando no se siente el típico murmullo) Acuda inmediatamente al Hospital. La rapidez en este caso puede ser fundamental.
Más información sobre ACCESOS VASCULARES para hemodiálisis.

QUE ES LA HEMODIALISIS

Información para pacientes sobre la hemodiálisis

¿Qué es la hemodiálisis?
Los riñones tienen la función de limpiar la sangre de las sustancias tóxicas y de los líquidos que le sobran, que se eliminan en forma de orina, además de producir hormonas necesarias para el organismo. Cuando en un paciente, por un problema de insuficiencia renal aguda o crónica, los riñones dejan de funcionar, la diálisis permite realizar mediante equipos médicos, las funciones de los riñones.
Existen dos tipos diferentes de diálisis: hemodiálisis y diálisis peritoneal. La hemodiálisis consiste en filtrar el exceso de líquidos y las sustancias tóxicas del organismo mediante el paso de la sangre del paciente por un filtro periódicamente.

¿Cuándo es necesaria la diálisis?
Es necesario recurrir a la diálisis cuando los riñones ya no son capaces de eliminar los desechos y el exceso de líquido de la sangre en cantidades suficientes como para mantener sano al paciente. Generalmente, esto ocurre cuando los riñones funcionan al 5-15 % de lo normal.

¿Cómo funciona la diálisis?
En el proceso de hemodiálisis, la sangre del paciente se conduce entubada desde el organismo hasta una máquina llamada “riñón artificial” en la que pasa a través de un filtro de limpieza (dializador), en el que se produce el intercambio entre el líquido del dializador y la sangre, recogiendo las sustancias tóxicas de la sangre y aportando otras beneficiosas, y retorna de nuevo al cuerpo.
A semejanza de los riñones sanos, la diálisis permite:
  • Eliminar las sustancias tóxicas, la sal y el agua en exceso del organismo;
  • Mantener el nivel adecuado de ciertas sustancias químicas en la sangre.
  • Contribuye a controlar la presión sanguínea.
Para poder llevar la sangre al dializador, es necesario establecer un acceso vascular o entrada a los vasos sanguíneos, para lo cual es necesaria una intervención local de cirugía menor, generalmente en el antebrazo, por su mayor accesibilidad y facilidad de manipulación en la diálisis.
Existen tres posibilidades:
  • La más habitual es la realización de una fístula, uniendo una vena y una arteria del antebrazo. Es el método más seguro, que dura más tiempo y tiene menos complicaciones.
  • Cuando no es posible realizar la fístula con los vasos del propio paciente, se implanta un injerto, un vaso artificial que une la arteria y vena del paciente.
  • La tercera posibilidad, temporal, es la utilización de catéteres externos, pero presentan mayor riesgo de complicaciones (trombosis, infecciones), por lo que tienen carácter transitorio, cuando la diálisis se debe a un cuadro de insuficiencia renal aguda que se prevé pasajero, o mientras se forma la fístula.
¿Dónde se lleva a cabo la hemodiálisis?
La hemodiálisis puede llevarse a cabo en un centro sanitario, un centro de diálisis o en el propio domicilio, de acuerdo a las características del paciente, edad, lugar de residencia, actividad laboral o de estudios.

¿Cuánto tiempo dura cada tratamiento de hemodiálisis?
En general, los tratamientos de hemodiálisis duran unas cuatro horas, y se realizan tres veces por semana. El tiempo necesario para cada sesión de diálisis depende de:
  • El grado de funcionamiento de los riñones del paciente.
  • De la cantidad de líquido retenido entre una sesión y otra.
  • El peso, estado físico y situación de salud del paciente.
  • El tipo de riñón artificial que se utiliza.
¿Qué molestias puede provocar la diálisis?
Cuando empiece a dializarse, es posible que le resulten molestas las agujas que se introducen en la fístula o injerto. La mayoría de los pacientes se acostumbran a ello con el tiempo.
La aparición de síntomas como calambres, dolores de cabeza, náuseas o mareos, pueden indicar la necesidad de ajustar la velocidad de la diálisis (enlentecerla), ajustar la concentración de sodio o la temperatura en el líquido del dializador, adecuar las dosis de los tratamientos hipotensores o adaptar las recomendaciones de la ingesta calórica.

¿Qué cuidados o medidas debe de adoptar antes y después de la diálisis?
Uno de los aspectos más importantes, como en todo tipo de tratamientos que exigen ir a un centro sanitario con frecuencia, para someterse a sesiones de tratamiento, es planificar y organizar las tareas diarias y el trabajo de acuerdo al calendario de sesiones. Esta recomendación tiene especial importancia si, por necesidades laborales o personales, debe de viajar.
La preparación anticipada de las citas de las sesiones, la puntualidad al acudir a las mismas, la realización de las tareas cotidianas con tiempo, la dedicación necesaria al cuidado personal y a la alimentación, le harán más tolerable los inconvenientes de las sesiones de diálisis.
Acuda al centro en medio de locomoción público, no se debe de conducir ni antes ni después. Lleve ropa cómoda y según las recomendaciones de su centro de diálisis.
Tras la diálisis, se recomienda estar un tiempo en reposo, ya que es habitual la sensación de cansancio durante unas horas.

Recomendaciones nutricionales
Uno de los aspectos a controlar, necesariamente, en un paciente con insuficiencia renal, es la ingesta de líquidos diaria, para evitar su retención excesiva y la formación de edemas al no poder eliminarlos en forma de orina. En general, la ingesta diaria de líquidos recomendada en un paciente en hemodiálisis es de unos 800 ml, ó 500 ml además de la cantidad de diuresis residual que mantenga (es decir que si orina 500 ml puede ingerir hasta 1000 ml).
Controlando la ingesta de líquidos, se garantiza una ganancia de peso entre sesiones de diálisis de 1,5 a 2 kg. Si la ganancia es mayor, se debe forzar la diálisis aumentando las molestias de la hemodiálisis y la dificultad de mantener el equilibrio mineral en el organismo.
La dieta debe ser pobre en potasio y en sodio.
Los alimentos más ricos en potasio son las frutas, las legumbres, las verduras, el cacao y los frutos secos. Por ello, se recomienda limitar el consumo de frutas a dos piezas al día, preferiblemente manzana o pera. Las legumbres deben de ponerse a remojo el día anterior. A las verduras, se les aplicará doble cocción, retirando el agua utilizada en cada cocción. Así se elimina parte del potasio y los minerales de las legumbres y verduras.
Se reducirán en la dieta los frutos secos, el tomate y el cacao.
Para evitar el aporte de sodio, los alimentos deben de cocinarse sin sal. La dificultad de eliminar el sodio del organismo por el fallo renal, conlleva la retención de líquidos, y la formación de edemas,  aumentando la carga de trabajo cardiaco, y pudiendo provocar insuficiencia cardíaca.
Para mejorar el sabor de los alimentos, se pueden utilizar condimentos como las plantas aromáticas (tomillo, albahaca, romero…), las especias (pimienta, nuez moscada…) o aceite y vinagre.
Debe de eliminarse el alcohol de la dieta, reduciendo la ingesta de grasas animales y grasas saturadas (aceite de coco o de palma, por ejemplo). La mejor alternativa es el aceite de oliva.

¿Cómo se debe de cuidar el acceso vascular?
La necesidad de mantener en funcionamiento la fístula o la prótesis para las sucesivas sesiones de diálisis, obliga a tener un gran cuidado de la misma mediante:
  • El control (mediante palpación o audición) del funcionamiento de la fístula, notándose una sensación de vibración o calambre al palparla con los dedos, y escuchándose un soplido al acercar el oído que son producidos por el paso de la sangre siguiendo el ritmo del corazón.
  • Protegiendo el brazo de golpes y rozaduras. Debe evitarse coger peso con el brazo de la fístula, o comprimirlo con bolsos, relojes o pulseras.
  • Se realizará una buena higiene del brazo con la ducha o baño diario, hidratando la piel si es necesario.
  • No extraer sangre o tomar la tensión arterial en el brazo donde está la fístula o prótesis.
  • Realizar los ejercicios con la mano y el brazo que le indique su médico, para mejorar la circulación en la fístula.
Debe de acudir al médico si se presenta alguno de los siguientes síntomas:
  • Dolor, enrojecimiento, calor y/o inflamación en la zona de la fístula;
  • Sensación de cordón en la fístula;
  • Desaparece el soplo o la vibración al palpar o escuchar la fístula;
  • Sangrado incontrolado;
  • Aparición de moradura (hematoma) en la zona de la fístula;
  • Dolor y/o sensación de frialdad en la mano correspondiente al brazo donde está la fístula o prótesis.
Otras recomendaciones en el paciente en hemodiálisis
Es muy importante para mantener el mejor estado de salud posible el llevar un régimen de vida regular, cumpliendo cuidadosamente con las recomendaciones dietéticas y de ingesta de líquidos.
Es recomendable realizar ejercicio físico moderado, como paseos y marchas.
Si se va a realizar un viaje, es importante planificarlo con tiempo, reservando las sesiones de diálisis en los centros hospitalarios o de diálisis en las ciudades de destino.
Todo paciente en hemodiálisis debe estar inmunizado frente a la hepatitis B, controlando anualmente que se mantiene el nivel protector de anticuerpos. Existen vacunas de la hepatitis B específicas para pacientes en hemodiálisis que contienen menor cantidad de aluminio y factores estimulantes de la respuesta inmune. Otras vacunas de enorme importancia son la vacuna antigripal que debe aplicarse todos los años y la antineumocócica, además de la vacuna antitetánica.
Una buena estrategia vacunal puede ser aprovechar todos los años el momento de la campaña de vacunación antigripal para realizar el control de anticuerpos frente a la Hepatitis B y aplicar la vacuna de la gripe y, si lo requiere, la dosis de la Hepatitis B.
Cumplir cuidadosamente con los tratamientos prescritos (dosis y horarios) y no realizar ningún cambio sin consultar previamente a su médico.

¿La diálisis cura la insuficiencia renal?
Existen algunas situaciones de insuficiencia renal aguda que exigen diálisis que son temporales (infecciones graves, accidentes…), en cuyo caso, una vez superada la crisis de insuficiencia renal, puede que no vuelva a ser necesaria la diálisis.
Sin embargo, la situación más frecuente que requiere diálisis renal es la de enfermos renales crónicos. Estos pacientes necesitarán diálisis por el resto de su vida, hasta que puedan entrar en un programa de trasplante renal.
España tiene los índices más altos de donación de órganos del mundo y una larga e intensa experiencia en trasplantes, siendo los más frecuentes los de riñón.
Las organizaciones de trasplantes de los servicios de salud de las Comunidades Autónomas y las asociaciones de pacientes trasplantados, ofrecen información acerca de cómo hacerse donante, así como de los servicios y cuidados en los pacientes trasplantados.

DIALISIS PERITONEAL

La diálisis peritoneal (DP) es una de las opciones de tratamiento
disponible para retirar los productos de desecho y el exceso
de líquido de la sangre cuando los riñones ya no funcionan
adecuadamente. Existen varias formas de diálisis disponibles para
los pacientes. La DP usa su propio peritoneo – una membrana
natural que cubre los órganos del abdomen y reviste las paredes
abdominales. Esta membrana actúa como un filtro. El peritoneo es
una membrana porosa que permite que se filtren de la sangre las
toxinas y el líquido.
Para llevar a cabo este tratamiento,
se debe crear un acceso permanente
de DP a la cavidad peritoneal.
En general, esto requerirá un
procedimiento quirúrgico para
insertar un tubo blando y pequeño
llamado catéter. usualmente, este es
un procedimiento ambulatorio que
incluye anestesia local y un sedante
intravenoso (Iv). Se colocará un
apósito estéril que deberá permanecer
durante cinco o siete días. Su enfermera DP cambiará el apósito
durante todo su programa de capacitación DP. El proceso de curación tomará de dos a tres semanas aproximadamente.

Enlaces de interés sobre DIÁLISIS PERITONEAL